Cuando se habla de postura corporal se asocia comúnmente a su influencia a nivel óseo y muscular pero es esencial recordar que los órganos internos y su funcionamiento también se ven afectados.
Cuando modificamos nuestra postura dejando que la cabeza se adelante, los hombros roten internamente y nuestra columna se curve abandonando una posición erguida, provocamos presión sobre el estómago y el resto de órganos ubicados en la cavidad abdominal. Esta presión puede ocasionar ralentización de los procesos digestivos, restricción del flujo sanguíneo, ardor intestinal, dificultad para la evacuación de gases intestinales o estreñimiento. La práctica de Yoga es un medio ideal para ayudarnos a mejorar nuestra postura corporal, si además lo combinamos con una alimentación saludable como las opciones que nos ofrece LOLA con ingredientes ecológicos y naturales contribuiremos a restablecer el bienestar general de nuestro organismo tanto a nivel externo como interno y a sentirnos con más energía y vitalidad.