ZANAHORIA:
¿Sabías que 100 g de zanahoria aporta el 168% de las recomendaciones diarias de vitamina A? La zanahoria es rica en carotenoides, antioxidantes precursores de la vitamina A en nuestro organismo. Junto con los ácidos fenólicos que contienen las zanahorias, actúan inhibiendo la oxidación de lípidos de las membranas celulares y la acción de los radicales libres. Los radicales libres se asocian con inflamación y enfermedades degenerativas como el proceso de envejecimiento, diversos tipos de cánceres, enfermedades cardiovasculares, diabetes o Alzheimer entre otras. Por tanto, ayudan a proteger a las células frente al daño oxidativo asociado a estas enfermedades. En su composición también destaca el aporte de fibra, principalmente insoluble aliviando los síntomas del estreñimiento.
De manera general, el consumo regular de frutas y verduras se asocia con: disminución de los niveles de lípidos en sangre debido al efecto de la fibra, reducción y prevención de enfermedades cardiovasculares gracias a la capacidad de sus compuestos antioxidantes, reducción del riesgo de padecer cáncer al disminuir el daño oxidativo en las células y el efecto protector contra la diabetes tipo 2.
Curiosidad: Tanto el tratamiento térmico como las grasas insaturadas mejoran la absorción de los carotenoides y los tratamientos culinarios producen pocas pérdidas de dicho compuesto.
JENGIBRE:
Históricamente, se ha utilizado el jengibre en la medicina para tratar numerosas dolencias por su posible acción analgésica, antiinflamatoria y digestiva, para aliviar los dolores abdominales, articulares o musculares. Se necesitan más datos clínicos que corroboren dichos efectos, pero si hay cierta evidencia de que el jengibre tiene un efecto positivo sobre la obesidad. Se ha relacionado su consumo con aumento de la termogénesis y el gastos de energía, con aumento de la lipólisis, inhibición de la absorción intestinal de grasas y control del apetito.
Las propiedades funcionales que se le otorga al jengibre son gracias a los aceites volátiles (1-3%) que contiene como el zingibereno o gingerol responsables de su sabor fuerte. Compuestos con fuertes efectos antioxidantes, antiinflamatorios y posibles efectos preventivos del cáncer al disminuir el daño oxidativo a nivel celular. El jengibre en polvo contiene una alta cantidad de fibra que alivia el estreñimiento y ayuda a mantener buenos niveles de colesterol y azúcar en sangre. También es rico en vitamina E, niacina (B3) y piridoxina (B6), hierro, magnesio, zinc, selenio y fuente de ácido fólico (B9), calcio y fósforo, relacionados principalmente con la acción protectora de las células frente al daño oxidativo, el sistema inmunitario, óseo, muscular y metabolismo energético disminuyendo el cansancio o la fatiga.
* Para obtener los beneficios mencionados, su consumo debe de ser regular, en cantidades proporcionales a su actividad y siempre tienen que ir acompañados de una alimentación y estilo de vida saludable.